Tratados Internacionales de Comercio (Cap. I)

Los tratados internacionales de comercio se definen como acuerdos entre dos o más países para mejorar el intercambio comercial y sus relaciones económicas. Cuando se refieren a Tratados de Libre Comercio (TLC) requieren de unas normas para llevar a cabo esos intercambios de productos/servicios. Así, se evitan barreras como aranceles e impuestos, tanto en las exportaciones como en las importaciones.

Entre las bondades de estos acuerdos comerciales figuran:

  • Eliminación de barreras comerciales entre las artes implicadas.
  • Acceso a mayor número de mercados y más amplios.
  • Aumento de la competitividad al tener accesos a más productos/servicios.
  • Intercambios de capitales intelectuales y tecnológicos.

Son, pues, una pieza fundamental para la integración de las partes implicadas, tanto en términos económicos como sociales, ambientales o políticos. Todo ello, con metas comunes que favorezcan el desarrollo de los países implicados, a través de importaciones o exportaciones que ofrecen o demandan los protagonistas.

 

Tipos

La Organización Mundial del Comercio (OMC) es la entidad responsable de establecer las bases del sistema multilateral de relaciones comerciales. Su objetivo no es otro que tratar de garantizar libertad, fluidez y previsibilidad en los intercambios comerciales. Además, administra la normativa y es un punto de encuentro para la negociación de los acuerdos.

En este sentido, y en función de su peso en términos de vinculación e integración económica, hay cinco tipos de convenios:

  1. Acuerdo de alcance parcial: acuerdo bilateral básico en materias arancelarias solo para un grupo de bienes.
  2. Tratado de libre comercio: se suprimen las barreras en una zona concreta. Llevan consigo la rebaja o eliminación de aranceles para los bienes/servicios entre las partes vinculantes.
  3. Unión aduanera: dos o más países acuerdan una postura común frente al resto de naciones, de tal manera que las barreras comerciales se minimizan al tiempo que se impone una serie de tarifas extranjeras entrantes a dicha unión.
  4. Mercado común: Unión aduanera que elimina aranceles restrictivos entre las partes y fijan otros frente al exterior. Permiten el libre movimiento de recursos naturales, humanos y capital.
  5. Unión económica: sería un mercado común más integrado, con unos pilares de política común entre los firmantes.

Desafíos

Todo tratado conlleva una serie de beneficios para las partes integrantes, a la par que unos retos que hay que tener en cuenta a la hora suscribirlo. Las ventajas son claras pero es importante luchar contra las desigualdades y proteger a los sectores más vulnerables. Dicho esto, aquí una relación de contextos que deben tratarse en el acuerdo:

  • Sectores sensibles, como agricultura o manufacturación, pueden sufrir con la entrada de competencia externa. Requerirán medidas de apoyo y garantías de comercio justo.
  • Competencia desigual fruto del volumen y las capacidades de las empresas nuevas en el mercado doméstico. Todo un desafío para las pymes locales.
  • La entrada de mercantiles foráneas puede repercutir en el mercado laboral, al ser estás las que impongan sus políticas de eficacia y eficiencia, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo para los locales.
  • Ajustes estructurales en el seno de las mercantiles para adecuarse tanto a normativa como a mínimos establecidos. Puede ser costoso e implicar un sobresfuerzo, principalmente para aquellos sectores que no puedan adaptarse rápidamente.
  • Los riesgos derivados de los cambios en las políticas comerciales y diplomacia. Posibles problemas que afectarán, en caso de darse, a la estabilidad entre las partes.

Teniendo estos puntos en cuenta, los acuerdos comerciales internacionales contribuirán al desarrollo sostenible, crecimiento económico, y al fortalecimiento de naciones y empresas en un mundo como el actual, globalizado y competitivo.

 

Conclusión

En definitiva, este tipo de acuerdos favorece la entrada de agentes productivos y tecnología de primer nivel, además de aumentar la competencia en los mercados interiores y estimular la innovación y la productividad. Son muy beneficiosos para las partes implicadas y, si bien llevan implícitos posibles amenazas, representan la oportunidad de acceder a productos/servicios más baratos y variados.

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